Sunday 28 September 2014

Las cosas que llevaban los hombres que lucharon, de Tim O'Brian

Este fin de semana también termino Las cosas que llevaban los hombres que lucharon, novela que hacía tiempo tenía ganas de leer y a la que he hecho un hueco en septiembre, coincidiendo con el mes temático de la novela bélica. El escritor, Tim O’Brien, es veterano de Vietnam y nos cuenta esta historia en la que los hechos narrados están totalmente a merced de los sentimientos que quiere comunicar. Y como veréis, a esta novela no le he puesto valoración porque, ahora mismo al menos, me resulta imposible. También veréis que, inusual en mí, es una reseña muy larga, pero más que una reseña esta entrada es una forma de asimilar lo que he leído.



Título: Las cosas que llevaban los hombres que lucharon (The Things They Carried)
Autor: Tim O’Brien
Número de páginas: 259
Año de publicación: 1998
Valoración:

Ha sido una lectura difícil de definir. Primero, tiene forma de memorias, con un narrador que comparte nombre y apellido con el autor. Pero durante la novela el mismo narrador nos advierte que no son más que historias, nos confunde la realidad y la ficción y nos hace darnos cuenta del valor tanto de la palabra escrita como de la imaginación, y de las funciones que ambas estrategias cumplen. Por una parte, nos habla de las historias que los mismos soldados se contaban, de lo importante que era hablar para poder seguir adelante. En una ocasión el narrador se queda petrificado ante el cuerpo de un chico vietnamita al que acaba de matar y uno de sus compañeros le repite “habla, habla” para sacarlo del shock. Las historias de lo sucedido se convierten en parte realidad, en parte invención, ya que en el momento de shock la mente se bloquea, los ojos se cierran, los ruidos se confunden, la persona consciente de alguna forma abandona el cuerpo y más adelante cada uno rellena esos huecos con detalles añadidos. ¿Son mentiras estos detalles? Quizás no sean la realidad de los hechos tal y como pasaron, pero son la realidad de los hechos tal y como han sido vividos. Otras veces pasa que se añaden detalles y se exageran las historias con el fin de que el receptor pueda llegar a entender los sentimientos del que ha tenido esa vivencia tal y como los siente, para lo cual, y más con experiencias tan brutales como una guerra, todas las palabras parecen quedarse cortas y la exageración nunca parece suficiente para poder encriptar en unas cuantas palabras tal magnitud de sentimientos.  También tienen las palabras el efecto contrario, el efecto de separarse de la realidad, el hacer bromas sobre los muertos y tratar de manera irrespetuosa a los cadáveres como estrategia de defensa ante una situación tan brutal. En las cartas que los supervivientes escriben a los familiares de los compañeros y amigos muertos también encontramos el poder de las palabras, la búsqueda de consuelo en las palabras del que queremos consolar, una manera de ordenar los hechos y de poner distancia, una manera de expresar el duelo y poder despedir a alguien a quien se ha querido y se ha visto morir.

Nos advierte el autor también de la falta de belleza en una historia de guerra, la guerra nunca es bella y no puede sacarse nada bello de ella. Si ante una historia de guerra nos queda un sentimiento positivo, de realización, del bien por encima del mal, es que hemos caído en la trampa de la manipulación para justificar la barbarie por parte de aquellos que crean las guerras. Por eso en esta historia no hay excusas, no hay edulcorantes, no hay belleza. Hay pasajes crudos, de violencia totalmente gratuita y sin sentido, de cruda inmoralidad. La guerra no es bella, no hay historias bellas, no hay moraleja que extraer y no tenía ningún sentido. Y el narrador se encuentra a si mismo 20 años después, despertándose en medio de la noche creyendo que ha encontrado el sentido, contándole la historia de la guerra a su mujer y acabar un rato después perdido en su propia narrativa viendo que ha vuelto a perderse en el sinsentido de la guerra.

Tim O’Brien narrador es capaz de hacer una transición más o menos sana de la guerra a la paz y a la vida normal, y en ese proceso le ayudan las historias que cuenta. De esta manera, igual que de niño tuvo que hacerlo con su primer amor, una niña que a los nueve años muere de cáncer y por la que cada noche se va a dormir antes para poder soñarla y mantenerla a su lado, puede dar voz a sus compañeros muertos, a sus sentimientos, puede seguir viéndolos a su lado. Uno de sus compañeros no es capaz de hacer esto y le pide que le ponga voz a su historia, pero después de las experiencias bélicas vividas no es capaz de encontrar una finalidad en su vida, ante la magnitud de lo vivido, la normalidad de la paz de parece vacua, así que acaba suicidándose. Muchos no son capaces de superar una sinrazón tan grande, de continuar su historia. Uno de los médicos de campo tampoco es capaz de superar la guerra, cuando ve a sus compañeros vivos no puede dejar de pensar en sus cuerpos desmembrados y menciona que esto no le produce dolor, lo cual le preocupa, pero las imágenes no dejan de acecharle por las noches, incluso la de su propio cuerpo sin vida. Algo que teóricamente le afectaba por no afectarle le acaba volviendo loco, tal es el enredo psicológico en el que se ven inmersos.

Hay un pasaje en el que la acción bélica se mezcla con el proceso mental de asimilación de la guerra. En la acción física de la batalla, en plena confusión  en la que físicamente no sabes dónde estas, ni qué va a pasar, ni sabes exactamente qué está pasando a tu alrededor, en medio de todo esto se confunde el bien y el mal, conceptos que antes eran válidos dejan de serlo, lo que parecía disciplina se torna en caos, lo que parecía claro se ve irremediablemente ambiguo, los motivos se convierten en salvajismo y anarquía.

Nos habla el autor también de la sensación de sentirse tremendamente vivo en medio de la guerra, cómo rodeados de muerte los soldados no pueden dejar de alegrarse de estar vivos, incluso cuando acaba de morir a su lado un amigo, y el conflicto moral que esto supone, el dolor desgarrador de alegrarse por estar vivo a pesar del duelo por el soldado muerto. Por otra parte, esta sensación de sentirse tan vivo se ejemplifica de una manera exacerbada en el personaje de la novia de un soldado hasta el punto que esta viaja al campo de batalla, se une a las emboscadas y acaba desaparecida descrita como una persona que ha sido devorada por la atracción más salvaje que despierta la guerra, convirtiéndose en parte del paisaje y del mito, parte de esa irrealidad forma parte de la historia común de los soldados del campo de batalla. El lado más cruel del ser humano también muestra su cara cuando Tim sufre graves heridas y consecuencias más graves aun por culpa de la inexperiencia del médico. Tim consigue convencer a un compañero para gastar una pesada broma al médico en el que ambos disfrutan con la crueldad de saber que están provocando el pánico en otro ser humano. Cuando Tim considera que ya es suficiente, su compañero no quiere parar, incluso encuentra patético a Tim.

Otro sentimiento expresado muy fuertemente en varios ejemplos es el de la culpabilidad. En una ocasión dos soldados están jugando con las granadas y al final uno de ellos acaba muerto. El que sobrevive tiene un gran sentimiento de culpabilidad, de haber podido o haber debido de ser él. Busca una especie de consuelo en la escritura de una carta a la hermana del soldado muerto, aunque no obtiene respuesta, de algún modo, no encuentra perdón ni resolución a su duelo. Otro ejemplo es el de dos soldados que agazapados hablan de sus vidas para pasar el tiempo, uno habla de su novia y enciende una linterna para enseñarle al otro su foto, una monada le dije antes de saltar por loas aires, ante la gran culpabilidad que siente en que queda vivo ya que al encender la linterna los convirtió en blanco fácil. Y ante esto, la absurdidad de estar en estado de shock buscando la foto de su novia en pleno barrizal, la vuelta a la nimiedad para evitar lo que nos supera. Otro soldado no puede vivir con la culpa de haber tenido la bota de su compañero semihundido en un campo/letrina, el haberse dejado vencer por el hedor insoportable y no haber podido salvar la vida de su amigo, el no poder soportar las medallas que tiene y el valor que tiene la que no ganó de haber salvado a su amigo. El narrador nos explica que realmente él no mató a aquel chico, pero que era culpable solo por el hecho de estar allí presente, de verlo morir, un chico al que imagina una vida más allá de la guerra, una vida tan ajena a la guerra, tan indiferente a los motivos como la suya propia.

Otro tema que a mí me ha impactado de manera más sutil es la edad de los combatientes. Cuando estás leyendo sobre toda esta barbarie y sobre los hombres que lucharon, el narrador de repente utiliza la palabra “kid” ( “niño”, supongo, porque lo he leído en inglés). Y es que no eran más que eso, niños, jóvenes de 20 años, jóvenes de 24 al mando de otros niños, niños a los que se les ha enviado a una guerra con motivos inciertos en la que muchos no creían, niños que cometen errores que cuestan vidas por el simple hecho de ser tan jóvenes, por pensar en sus chicas en lugar de tener los cinco sentidos en el campo de batalla, por actuar irresponsablemente y jugar en medio de algo que nada tiene que ver con lo lúdico. Niños y jóvenes que se convertirán en hombres, si no se suicidan antes, que nunca podrán reconciliarse con la realidad que les empujaron a vivir.

Interesante es también el tema de la valentía. Cuando Tim es llamado a filas parece que el mundo se acabe, quiere huir, de hecho desaparece del trabajo en el matadero en medio de sangre y cuerpos desmembrados de animales, le supera la realidad de la guerra que se le viene encima y viaja a la frontera con Canadá. ¿Por qué no cruza la frontera? Porque podría haberse interpretado como una cobardía por el resto de la sociedad, por su familia y sus amigos. Pero para él realmente huir hubiera sido lo valiente, hubiera sido conectarse con sus sentimientos y ser coherente negándose a ir a luchar una guerra en la que no cree, pero fue cobarde y se enfrentó a las salvajadas que tuvo que presenciar.

En esta novela no encontramos belleza, no encontramos moralidad, no encontramos ninguna catarsis ni epifanía. Solo guerra, destrucción, sentimientos y la lucha por seguir adelante. A mí me ha impactado y lo recomiendo, después de la reseña más larga que he escrito hasta ahora, es lo más que puedo decir.

Saturday 27 September 2014

Las nieblas de Ávalon, de Marion Zimmer Bradley

Bueno, parece que este mes voy a acabar con las lecturas que tenía empezadas. ¡Bien!!!!De momento, hoy he terminado Las nieblas de Avalon, de Marion Zimmer Bradley, libro escogido por Marta para el Club de Lectura.

Os explico un poco, porque a mí me costó entender cómo iba la cosa. La autora publicó en su día cuatro novelas separadas: Experta en Magia, La reina suprema, El rey ciervo, y El prisionero en el roble. Después escribió dos precuelas: La casa del bosque y La dama de Ávalon. Yo he leído la primera precuela, pero como no me iba a dar tiempo de leerla para octubre me salté la segunda y me metí en Las nieblas, recopilación de las cuatro, saltándome la segunda precuela.


Título: Las nieblas de Ávalon ( The Mists of Avalon)
Autora: Marion Zimmer Bradley
Número de páginas: 912
Año de publicación:1982
Valoración: 9

Las Nieblas de Ávalon es una saga de ciclo artúrico que va desde la boda de la madre de Morgana y Arturo con un general romano hasta la muerte de este. Vamos a vivir las complejas alianzas que desde Ávalon teje Viviane, la tía de Arturo y Morgana y madre de Lanzarote, las complejas relaciones entre este trío y Ginebra, la llegada de los romanos y del cristianismo a Inglaterra, el declive de los druidas, la llegada de Arturo al trono, las guerras con los sajones y las tribus del norte que su imperio tiene que luchar, las aventuras de los caballeros de la tabla redonda, la búsqueda del grial y la destrucción de esta misma hermandad e incluso de Ávalon.

Es una saga llena de aventuras que se mueve entre diferentes puntos de tensión:

1)      La tensión entre los masculino y lo femenino. Para empezar, la novela está narrada desde el punto de vista femenino, a diferentes voces (Viviane, Igraine,Morgause,  Morgana y Ginebra principalmente). Por una parte tenemos voces masculinas principalmente que niegan a la mujer el derecho a opinión o la capacidad para poder entender  e interesarse por temas típicamente masculinos como guerras o cuestiones políticas, como la de Gorlois, el marido de Viviane, o las voces de los curas que repetidamente acusan a la mujer de ser la portadora del mal en este mundo. Ginebra misma, siendo mujer, cree firmemente en esta premisa del cristianismo y ve con malos ojos a otras mujeres con un poder claramente manifiesto, aunque ella ejerce gran poder sobre Arturo, haciendo que reniegue de Ávalon y de acuerdo con las leyes cristianas no es superior moralmente por su relación con Lanzarote.

Encontramos a la vez voces femeninas que reafirman su poder continuamente, como Viviane o Morgana, que reniegan de los sacerdotes cristianos por querer empequeñecerlas y creen en una diosa femenina. La misma madre de Morgana, aunque una vez casada con Uther Pendragón adopta una posición mucho más discreta, se enfrenta directamente con el sacerdote de Gorlois por recriminar este a Morgana y le prohíbe que se vuelva a acercar a ellas y a intentar someterlas. Uther o Lot, esposo de Morgause, e incluso Arturo, aparecen como hombres dispuestos a escuchar a sus mujeres y a tratarlas como iguales.

2)      La tensión entre el cristianismo y el paganismo. Desde la precuela de La casa del bosque se ve claramente el fino hilo que separa las dos religiones, como puede una ideología acabar con gente que se ha posicionado de una u otra forma porque la vida los ha llevado hasta allí y como personas que de otra forma podrían quererse acaban odiándose y matándose en nombre de un dios u otro. Al final la religión o el paganismo no se ven más que como una forma de poder, una justificación para acabar con el otro y obtener la hegemonía sobre los demás. En ocasiones es una de estas formas de culto la que ofrece consuelo, en ocasiones la otra, igual que en ocasiones ambas son causantes de injusticias y de dolor.

3)      La tensión entre poder y sumisión. También hay una lucha continua por mantener el equilibrio entre la sumisión a los deseos de un dios o diosa superior y la propia voluntad disfrazada de esta misma sumisión. Tanto Viviane como Morgana se preguntan en más de una ocasión si no serán ellas las que están forzando la situación por su propio orgullo, cuestión que Merlín también plantea y que en la precuela se ve claramente como el ser humano manipula “los deseos” de la diosa para conseguir sus objetivos políticos.

4)     También hay tensión entre los diferentes conceptos de ética según la religión druida o la católica. Esta ética mantiene en lucha constante a personajes como Ginebra o Lanzarote especialmente.

Al final, como conclusión, a mí me queda la sensación de que aunque la novela se vea desde el punto de vista femenino, las mujeres tampoco salen muy bien paradas. Ellas son las que dominan el reino, desde la concepción o falta de esta para favorecer el ascenso al trono de quien más les conviene, pasando por la forma en que se dirige el reino y hasta dependiendo de ellas el destino final de los personajes masculinos más importantes. Si bien vemos a unas mujeres con mucho poderío, no parecen saber cómo llevarlo de buena manera y de buena fe. En este punto, los hombres parecen tener cierta superioridad moral al ser víctimas de ellas pero saber perdonarlas, al hablarles sobre sus fallos, al reconocer y aceptar los suyos propios.


En general, la saga me ha gustado mucho y me ha enganchado desde un principio. Llena de aventuras, de amores y traiciones, de mundos antagónicos que intentan coexistir en ocasiones y destruirse en otras, es una lectura que ofrece una visión diferente de la leyenda de Arturo y que nos plantea muchas cuestiones como las mencionadas anteriormente de forma consistente y muy bien desarrollada.

Además, voy a etiquetar la entrada en el reto de Mujeres laureadas aunque ya haya publicado la entrada del reto completado, ya que Marion Zimmer Bradley ganó el premio Locus por mejor novela fantástica en 1984 con Las nieblas.

Tuesday 16 September 2014

Una niña, una pasión y un soplete: All Four Stars, de Tara Dairman

¡Vuelvo con otra novela infantil! Esta la había empezado en agosto y se me quedó pendiente, pero el domingo por la noche la cogí y hasta que no la acabé no apagué ni mi kindle ni la luz. 


Título: All Four Stars
Autora: Tara Dairman
Páginas: 289
Año de publicación: 2014
Valoración: 7.5

All Four Stars nos cuenta la historia de Gladys, una niña de 11 años cuya pasión culinaria le hace empezar la novela metiéndose en un gran lío: incendiando la cocina de sus padres, que no tenían ni idea de a qué se dedicaba su hija cuando la dejaban sola y a los que no podría importarles menos el mundo de la cocina. Su castigo es la prohibición de volver a cocinar. Ante un futuro nada prometedor de tardes aburridas y cenas que provocarían el llanto hasta de alguien con un paladar mucho menos gourmet que el de la pobre Gladys, la novela nos cuenta su aventura por sobrevivir a este castigo y sortear algún que otro imprevisto.

Primero, me gustaría decir que me está sorprendiendo mucho la calidad de las novelas infantiles/juveniles en lengua inglesa. ¡En general me están gustando mucho! Sin una sintaxis muy compleja y con un vocabulario rico y un registro muy apropiado para una niña de 11 años y las situaciones en las que se encuentra, es una bonita historia sobre la lucha por poder llevar a cabo la pasión que Gladys siente por la cocina. Es muy tierno leer sobre una vocación tan fuerte en una niña de esta edad, sobre cómo no está dispuesta a renunciar a ella, cómo busca aliados y consigue aferrarse a las escasas oportunidades que se le ofrecen, y lo importante que es el entorno y el apoyo, sobre todo de la familia, a la hora de ayudar a que los hijos puedan hacer lo que realmente les gusta y ser felices sin dejar de lado esa exigencia que a todos nos ayuda a crecer.

Sinceramente, me da pena no ponerle más nota pero, aunque las comparaciones son odiosas, me ha faltado el humor de carcajada de The Only Thing Worse Than Witches o la profundidad de Walk Two Moons ( Entre dos lunas). De todas formas, repito, me ha gustado, es de lectura fácil y creo que el mensaje es muy bonito. 

Además, he estado investigando y he encontrado que en la página web de la autora están las recetas de la novela!Yummy!!Hay algunas que intentaré probar. Espero no incendiar mi cocina!

De momento no está traducido, pero para quien quiera leer algo en inglés y no se atreva aun con Shakespeare o con George R.R. Martin, estas novelas infantiles son buena opción.

Sunday 14 September 2014

Hamburguesa de libros






H       Hoy he visto este juego de la hamburguesa de libros y me ha parecido divertido. Hay que montar una hamburguesa pensando en las características de cada ingrediente y aplicándolas a los libros. Ahí va la mía:

1. Pan inferior:un libro de una saga que te encante
Juego de tronos: creo que el que más me ha gustado de la saga de momento.
2. Carne: libro con 400 páginas o más que te haya encantado
Ok, hago trampa y pongo doble de carne: El contador de historias y Shantaram ( la primera parte de Shataram más que la segunda, pero la primera parte tiene pasajes de esos que te llegan a los más hondo del corazón y del alma).


3. Queso: libro con 200 páginas o menos que hayas disfrutado:
The Importance of Being Earnest. Obra de teatro divertida y mordaz. ¿Sabíais que el nombre artístico de Bunbury viene de aquí?


Lechuga: libro con 200 páginas o menos que no hayas leído pero que quieras leer
Macbeth. Hay muchos en cola con estas características, pero este es uno de mis eternamente pendientes.


Tomate: libro con 200-400 páginas que ames u odies
Neverwhere, mi novela fantástica preferida y la que ya de adulta me reenganchó al género. Después de recomendarlo mucho últimamente, tengo muchas ganas de releerlo.

Salsa: un libro que pensaste que te iba a gustar pero acabaste odiando
Sin noticias de Gurb. Lo cogí con muchas ganas por lo bien que me habían hablado de él, pero no me hizo ninguna gracia. Para mí fue una tomadura de pelo y una pérdida de tiempo. Suerte que fue un libro adoptado del punto de lectura del barrio y no me costó ni un céntimo, porque me hubiera dado más rabia.


Pan superior: último libro de una saga al que le tengas miedo
Depende de si está o no escrito. Me explico:
Diría el último de Canción de hielo y fuego, y de lo que tengo miedo es de que George R.R. Martin, asesino de personajes, como Neil Gaiman lo llama cariñosamente, no lo llegue a escribir nunca! Y ¿quedará alguien vivo de la primera entrega? Miedo me da a todo el que puede cargarse todavía.
  


Y ahora nomino a Rina, de Gatos lectores y a Júlia Díez.




Sunday 7 September 2014

La última vuelta del scaife, de Mercedes Pinto

Esta reseña es parte de una campaña de apoyo a la escritora Mercedes Pinto por los problemas que ha tenido con su editorial para sacar esta novela adelante. Por iniciativa de los blogs Juntando más letras, De lector a lector y El búho entre libros, se organizó un calendario de reseñas y una  macro lectura para la que la autora nos envió una copia de la novela firmada. Desde aquí mi agradecimiento a los organizadores y a Mercedes Pinto por hacer posible mi primera lectura conjunta y mi primera novela firmada. Si queréis informaros sobre el tema, y os lo recomiendo, seguid los enlaces que encontraréis en la primera entrada que hice para anunciar la propuesta. Por los problemas editoriales, ahora mismo solo la podréis encontrar en formato digital.

Y creo que con Mercedes Pinto, además de nombre, ¡comparto cumpleaños!Así que Mercedes, si lees este post hoy y estoy en lo cierto, ¡felicidades!


Título: La última vuelta del scaife
Autora: Mercedes Pinto
Páginas: 451
Año de publicación: 2009
Valoración: 8


SINOPSIS

" La última vuelta del scaife nos relata la dilatada y escabrosa vida de Josué, un judío que huye de Alemania a los diecinueve años, en los albores del nazismo, empujado por un amor imposible. El protagonista nos narra su historia desde el ocaso de su aventura vital, cuando al fin alcanza la serenidad ansiada. Educado en un ambiente judío ortodoxo, necesitará una larga «travesía por el desierto» para comprender, a través de los dos grandes amigos que encuentra en el camino, que más allá de religiones y culturas existe un denominador común a todo ser humano: la capacidad de sobreponerse al instinto de supervivencia por el bien más preciado de la humanidad, el amor. Al igual que el scaife da vueltas incansable para convertir un diamante en bruto en una cegadora estrella, la vida girará alrededor de Josué durante casi un siglo, implicándolo en las situaciones más adversas e inesperadas, hasta hacerle comprender que en realidad su viaje no era una búsqueda, sino una huida de sí mismo. Nos encontramos ante una narración ágil y muy documentada. No es una novela histórica, sino una obra de auto-conocimiento dentro de un marco histórico convulso: la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, y las secuelas que dejaron en el paisaje y en sus gentes."

Personalmente, empecé la novela en un momento controvertido: en plenos bombardeos de Israel a Gaza. La verdad es que pensé que como fuera una novela de victimización de los judíos (ojo, que sí que fueron víctimas en su día, no hay discusión ninguna), me iba a dar mucha pereza y me iba a costar mucho empatizar con los personajes. Pero me llevé una sorpresa muy positiva.

Desde el punto de vista de la religión, Josué es criado en el judaísmo ortodoxo, aunque desde un principio hay voces discordantes que cuestionan este discurso y hechos que nos llevan a ver las luces y las sombras de este posicionamiento, como son el apoyo de la comunidad, la aniquilación del individualismo o los prejuicios.

Pero Josué, huyendo de la creciente violencia hacia los judíos en Alemania, se embarca en un viaje a África para buscar diamantes en el que tiene la suerte de conocer a gente muy diferente que le ayuda a abrir su mente a otras formas de pensar. Ya durante la travesía conocerá a personajes importantes que no volverán a la historia y a otros que le acompañarán durante muchos años. Importante es para mí la aparición del religioso misionero que es capaz de ver más allá de las religiones particulares para centrarse en el mensaje de amor y esperanza que todas ellas quieren transmitir. También conoceremos a Carlos, a Frank y, más tarde ya en África, a Kuaima. Cada uno de estos personajes representa un modo muy diferente de ver la vida y de abordar los problemas que a todos surgen en el camino, cada uno con su particular manera de dar y de buscar amor, de enfrentarse a los errores, a las mentiras, a la verdad, a la propia conciencia; cada uno con un sistema de valores aparentemente diferente pero la amistad los une a pesar de sus diferencias.

Si bien es verdad que la búsqueda del amor por parte de Josué y su empeño en conseguir el amor de Abigail son bastante obsesivos, rayando la inverosimilitud, este representa a una persona obsesiva, muy exigente y con dificultad para sobreponerse por su forma de aferrarse a sus sentimientos y creencias. En contraposición encontramos a Carlos, que parece una persona muy superficial y desprendida, aunque tiene una personalidad muy optimista y más fuerte que Josué en muchos aspectos. Después está Kuaima, que para mí es el personaje más equilibrado de la novela y el que, siendo el más diferente, hace que todos (o casi todos) saquen lo mejor de si mismos. Los personajes me han parecido muy bien construidos y con un desarrollo muy importante en una trama que les lleva a indagar en sus sentimientos más íntimos, a veces nobles y en otras ocasiones perturbadores.

A mí me ha gustado mucho esta historia. Más allá de la historia de amor, me ha parecido una bonita historia de amistad en la que tres culturas diferentes se unen para sumar, para ayudarse y respetarse, algo que tanta falta hace hoy en día.