Por algún motivo, este mes decidí leer Caperucita en
Manhattan. No tiene que ver con el mes temático ni era uno de esos eternamente
pendientes, pero los días que he estado con esta novela me los he pasado con
una sonrisa en los labios.
Título: Caperucita en Manhattan
Autora: Carmen Martín Gaite
Páginas: 200
Año de publicación: 2011
Valoración: 9
Carmen Martín Gaite nos cuenta la historia de Sara Allen,
una niña de diez años que vive con una madre asfixiante que se empeña en ser
infeliz, un padre un poco pasota y una abuela artista venida a menos. Sara vive
en Brooklyn pero, a pesar de que vive en una ciudad rodeada de asfalto que
recorre siempre de la mano de su madre, es una niña con una gran imaginación
(le encanta dibujar y escribir palabras que se inventa, su madre cree que la
pobre está loca), con muchas preguntas, mucha curiosidad y grandes ansias de
libertad ¿Y qué mejor ciudad para descubrir la libertad que Nueva York?
Cada sábado Sara y su madre van a ver a la abuelita a
Manhattan, hasta que un fin de semana que sus padres han ido al funeral del tío
de Sara y ella está con su vecina, Sara decide ir a ver a su abuela por su
cuenta. En este viaje hacia su libertad, Sara conoce a personajes tan
entrañables como la fascinante Miss Lunatic y Mister Wolf.
En esta corta novela quizás la trama sea lo que menos
importe. Lo verdaderamente importante es su lenguaje, su manera de estar
escrita, los pensamientos de Sara, cómo imagina su realidad, la manera de ver
la vida de Miss Lunatic, de Mister Wolf, de la abuelita, etc. Está llena de
diálogos entrañables que te tienen permanentemente con una sonrisa dibujada en
la cara y te hacen reflexionar sobre cuestiones como la imaginación, la
libertad, la soledad, la manera de disfrutar de la vida, las ambiciones, nuestras actitudes
ante lo que nos encontramos en el camino, etc.
Es una lectura corta, fácil, dulce y totalmente
recomendable.
Y ya que empieza agosto y es el mes de las vacaciones por
excelencia, os deseo muchos “miranfús”! Positivos, claro ;)
Varios de mis pasajes preferidos:
·
El párrafo en el que se habla de lo poco que le
gustan a Sara los finales de los cuentos infantiles y por qué. Ella tiene sus
propias teorías sobre el lobo de Caperucita, Alicia o Robinson Crusoe. (hacia
el 6%)
·
“Porque las letras y los dibujos eran hermanos
de padre y madre: el padre el lápiz afilado y la madre la imaginación.”
·
“No hay que mirar nunca hacia atrás. En todo
puede surgir una aventura. Pero ante las ansias de la nueva aventura, hay como
un miedo por abandonar la anterior. Plántale cara a ese miedo.”
·
“-¿Yo prisa? No. Y aunque la tuviera, nunca he
encontrado un quehacer más importante que el de escuchar historias.”
-¡Qué casualidad!- dijo la niña- . A mí me
pasa igual.”
·
“Para mí vivir es no tener prisa. Contemplar las
cosas, prestar oído a las cuitas ajenas, sentir curiosidad y compasión, no
decir mentiras, compartir con los vivos un vaso de vino o un trozo de pan,
acordarse con orgullo de la lección de los muertos, no permitir que nos
humillen o nos engañen, no contestar que sí ni que no sin haber contado antes
hasta cien como hacía el Pato Donald…. Vivir es saber estar solo para aprender
a estar en compañía, y vivir es explicarse y llorar… y vivir es reírse…”
·
“¿Es que no le interesa el dinero?
-
No; porque se ha convertido en meta y nos impide
disfrutar de camino por donde vamos andando.”
·
“Y había sido el primero en inyectarle sus dos
pasiones fundamentales: la de viajar y la de leer. Y las dos se fundían en
otra, porque leyendo se podía viajar con la imaginación, o sea soñar que se
viajaba.”
·
“Miranfú” quería decir “va a pasar algo” o “ me
voy a llevar una sorpresa”.
·
“- ¿Por
qué miras a ese señor?
-
Porque va hablando solo.- Déjalo. ¿No ves que no le mira nadie?
- Claro, pobrecillo, por eso le miro yo.”
Una obra de mi lista de pendientes, a ver si me animo, seguro que sí porque por lo que pones dan muchas ganas de leerla!
ReplyDeleteA mí me ha gustado mucho. Es perfecta para esas temporadas en las que necesitas leer algo que no sea muy complicado ni muy tortuoso, pero a la vez tiene ese punto de reflexión que es el que le da valor a la obra.Ya me contarás si te animas.
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