Friday 11 July 2014

Pasaje a Tahití, de Eva García Sáenz



Hoy os recomiendo Pasaje a Tahití, una saga familiar con elementos históricos y de novela landscape. ¡Lo tiene todo! 


Aquí podéis ver el booktrailer:

Pasaje a Tahití

Título: Pasaje a Tahití
Autora: Eva García Sáenz
Páginas: 480
Año de publicación: 2014
Valoración: 8/9

Es la historia de dos hermanos mallorquines, Bastian y Hugo Fortuny, y de la hija del cónsul inglés en Manacor, Laia Kane.  Por motivos diferentes, los tres viajan a Tahití en plena expansión colonial y esto da lugar a una maraña de relaciones complicadas entre ellos que marcará sus vidas y afectará a generaciones venideras. De la mano de Eva García Sáenz y de sus personajes el lector viaja desde las Baleares hasta Tahití, pasando también por Francia, Australia y Japón, y vamos a ir aprendiendo un poco de algunas costumbres de aquella época en estos países y de su situación en una época fascinante en continuo cambio paseando por varios continentes y siendo testigos del impacto de este colonialismo en nativos y colonos, y en los países involucrados ya sea directa o comercialmente.

Para mí es una novela que tiene muchos de los ingredientes que más aprecio cuando leo. Para empezar, me encantan las sagas familiares, quizás porque me gusta que la trama sea variada y que la narración no sea lineal, lo cual suele ser el caso en este género.  En Pasaje a Tahití conocemos a los personajes desde el punto de vista de cada uno de los protagonistas según el capítulo, alternando diferentes generaciones, por lo tanto hay que estar preparada para continuos saltos temporales. Esto también nos ayuda a ver la historia desde diferentes puntos de vista. En varias ocasiones leemos exactamente lo mismo, pero desde la perspectiva de diferentes personas y los sentimientos que cada uno asocia al hecho en cuestión.

La era colonial ha sido y sigue siendo la musa literaria de muchos escritores que nos cuentan historias desde países lejanos siendo más o menos críticos con las consecuencias. En esta novela vemos sin duda el punto de vista de los colonos, lo absurdo de viajar hasta remotas tierras para prolongar su asfixiante estilo de vida y su relación con los nativos, a los que explotan y tratan con desprecio o paternalismo con ese aire de superioridad tan imperialista. No obstante, también se nos ofrece una visión cercana y humana de los nativos, de su modo de vida respetuoso, tranquilo y más conectado con la tierra, más congruente con su realidad. 

Hay varios elementos que nos muestran esta dicotomía entre los dos mundos. Por una parte, tenemos la ropa. Mientras los colonos se empeñan en llevar trajes en un lugar tan cálido como Tahití, los nativos visten con cómodos pareos. Las señoras europeas llevan ese ceñido corsé, metáfora también de una sociedad encorsetada y rígida que no deja respirar, signo de civilización, como el bigote en los hombres. Las relaciones interpersonales también son muy diferentes, vemos los prejuicios y las relaciones de interés que establecen muchos europeos, mientras que los nativos cuidan los unos de los otros. Los niños crecen de maneras muy diferentes también, los colonos en la escuela cristiana que los aburre a morir, ceñidos en pequeños trajes coloniales nada aptos para el juego, y los nativos felices en la playa, más libres. Tenemos el afán capitalista por conseguir beneficios y medrar en una vida en la que el trabajo será lo único importante, con consecuencias fatales en algún caso, y la vida tranquila en la que se trabaja para poder vivir. Sea como sea, los personajes toman sus elecciones y todas tienen consecuencias buenas y malas. Creo que un buen mensaje es reconciliarse con uno mismo y vivir siendo congruente con lo que eres.

Sin duda es una novela que, tanto si este verano estáis en la ciudad y os apetece una novela ágil como si estáis en una isla paradisíaca y no queréis que un libro os transporte a parajes mucho más sombríos, o la leéis en invierno cuando nos hayamos olvidado de las vacaciones, los destinos exóticos y el agua del mar, os va a resultar un placer zambulliros en playas como la de la portada, que os atraparán mientras la historia os va entregando perlas de información sobre la historia de sus personajes y de los países en los que se mueven. 

Para mí esta lectura ha sido como mirar por un caleidoscopio en el que los tres cristales son el trasfondo colonial, los sentimientos de los personajes principales, sus decisiones y las consecuencias, y las culturas exóticas, elementos que convergen y divergen para formar esta bonita novela. ¿Queréis saber que es un suiseki, una ama, un popa o un tupapau, por ejemplo? Pues coged el libro y disfrutad mientras aprendéis muchas cosas interesantes como estas.

1 comment:

  1. Me lo apunto, tiene buena pinta y ademas como bailo danzas tahitianas me interesa su cultura�� gracias por la recomendación! !

    ReplyDelete